Joyería Tremiño cumple 100 años contigo y este aniversario es una fecha única para festejar con todos vosotros. Celebramos nuestros inicios como joyería y nuestros primeros pasos para llegar a ser lo que somos actualmente.
Todo comenzó con Luis Tremiño allá por 1921, encargado de dar los primeros pasos y tener esa gran visión de futuro. Siguió la segunda generación con Paula y Carmen Tremiño, siendo unas verdaderas entusiastas del proyecto y dando paso a la continuación y expansión del negocio. En la actualidad continúa una tercera generación con Cristina y José Manuel Tremiño, quiénes han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías y superar una pandemia. Existe una cuarta generación; Carmen, Sofía y Zoilo que se está formando y que esperamos continúen los pasos de Luis Tremiño más de un centenario después con la misma pasión que forma nuestro ADN.
Celebramos todo nuestro recorrido y pensamos en un brillante futuro
que deseamos seguir compartiendo con vosotros.
La historia de Luis Tremiño
La historia de Luis Tremiño durante su infancia es la historia de cualquier niño en los primeros años del siglo XX. Luis finalizó los estudios lo más rápido posible porque quería empezar a trabajar rápidamente. Comenzó con un relojero como ayudante y luego ya decidió dar el paso e instalarse por su cuenta. Tenía solo 21 años, cuando abrió la primera tienda en la calle Cánovas del Castillo. Ya desde los inicios empezó con una mirada estratégica hacía la diversificación y ampliación del negocio.
Su ambición de querer expandir el negocio es lo más sorprende en aquellos años tan complicados. Además de la relojería decide dar el paso abriendo dos ópticas, siendo en aquellos momentos una de las primeras en abrirse en Castilla y León. Estos primeros años Luis tenía un taller en el que realizaba sus trabajos y que aún conservamos como recuerdo.
Sus maravillosas ideas le hicieron ver en Medina del Campo como un lugar importante para seguir con el crecimiento del negocio. Esta localidad funcionaba muy bien económicamente y Luis tenía claro desde el principio que podía ser un enclave estratégico en sus negocios. Este local mezclaba la óptica y la relojería, algo muy típico de aquella época.
La aventura en el viaje a Alemania
Luis Tremiño era una persona a la que no le gustaba estar quieto. Siempre buscaba cosas que hacer, miraba al futuro por seguir creciendo y consolidando su negocio. Algo que siempre le caracterizó fue su pasión por viajar al extranjero, algo que en aquella época era muy complicado y algunos viajes se convertían en auténticas travesías con miles de anécdotas y aventuras para contar a sus familiares.
Una historia que siempre quedará en el recuerdo fue su viaje a Alemania tras finalizar la Segunda Guerra Mundial y en la que contó que llegó a un país totalmente destruido, con agujeros en el suelo de la violencia que había dejado este conflicto bélico. Su pasión y ambición le hicieron viajar a lugares peligrosos, sin conocer el idioma para ir en busca de algunas de las máquinas más modernas del momento. El objetivo de este viaje a Alemania no era otro que incorporar a su negocio una máquina de última generación para la óptica y cristales especializados.
Con el crecimiento y la expansión que estaba teniendo decidió buscar algún inmueble más por el centro de la ciudad, que siempre fue algo que le quitaba el sueño. En aquellos años, la calle Cánovas del Castillo no estaba considerada como el centro de Valladolid. Entonces encuentra un local en la calle Santiago número 8, un adosado al lado de la iglesia y decide lanzarse a por él. Este local fue un punto clave, ya que inauguró con nuevas marcas y llegaron los mejores años.
Una expansión por toda Castilla y León
Luis llegó a tener simultáneamente numerosos locales en las diferentes provincias de Castilla y León. En León había dos tiendas, una joyería y una óptica, en Palencia una óptica. Pero fue Valladolid siempre la joya de la corona y llegó a tener hasta siete locales, con tres joyerías, dos ópticas y además también coqueteo con otro local en el que tenía muebles y decoración.
Posteriormente todos sus hijos empezaron muy jóvenes y casi todos se unieron a su negocio. Algunos se separaron para dedicarse a otras materias y las que siguieron con el legado fueron sus dos hijas, Carmen y Paula, coincidiendo con los años de más éxito de la joyería.
La fidelidad con los clientes
Joyería Tremiño siempre ha contado con una muy buena relación con los clientes. Esto es fruto de que ya desde los inicios siempre ha estado rodeada de un equipo extraordinario, con personas que han sentido a Tremiño como si fuera su propio negocio. “Quiero comprarme este producto aquí porque Tremiño me da confianza” es una de nuestras frases preferidas y que nos halaga después de tantos años trabajando de cara al público. Tremiño ha perdurado a lo largo del tiempo en Castilla y León, aunque tenemos clientes de todas partes, desde Madrid a Barcelona y pasando por cualquier punto de la geografía española.
El paso a las nuevas tecnologías
Las últimas décadas y sobre todo los últimos años han traído una rápida evolución hacia las nuevas tecnologías. Joyería Tremiño ha tenido que adaptarse ya no solo en el tema digital, sino también en maquinaria nueva. El ordenador se ha impuesto como forma de trabajo, incluso en las compras. También ha llegado el turno de adentrarse en el mundo de las `Social Media´ o redes sociales que nos sirven como escaparate de muchos de nuestros productos y para tener un trato cercano con el cliente, en caso de no poder tener una cita física en nuestros establecimientos.
A pesar de que no es un género que se pueda vender con facilidad `online´ nos estamos adaptando. La mayoría de las personas necesitan ver o incluso tocar el producto, pero también tenemos claro que nos sirve para dar una mayor visibilidad y cómo forma de llegar hacia otras personas que no están cerca de nuestra región.
La pasión como factor clave
El éxito de Joyería Tremiño ha llegado de la mano de la pasión. Para ser pionero dentro de este mundo es necesario viajar mucho, acudir a todo tipo de ferias internacionales y que te puedas encontrar con proveedores muy especiales. Otro factor importante es tener la mente abierta a cosas nuevas para poder innovar, llevando al cliente materias que quizás no conozcan. Esta pasión es algo que llevamos todas las generaciones desde Luis Tremiño en sus inicios hasta la cuarta generación que será la que tome el relevo en los próximos años.